Desde temprana edad, Miguel Ángel Salgado desarrolla su pasión por el dibujo, lo que considera como la base de su pintura.
Su actividad se ha centrado en apuntes del natural, retratos y paisajes. Siempre se ha interesado por la observación de las personas que tiene a su alrededor: gestos, miradas, actitudes, instantes…
El artista gusta de dibujar del natural cuando viaja, tomando apuntes de personas y paisajes.